La Navidad ilustra triste pero elocuentemente la razón por la que durante estas épocas se revela desde el cielo la ira, en vez de gozo y algarabía. Según Romanos 1:18, la ira de Dios se revela “…contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad“. Ahora como nunca, la fiesta que ha sido por siglos la vitrina de la gloriosa verdad de la encarnación ha sido detenida, o como bien lo expresa la Nueva Versión internacional, obstruida.
A lo largo de la historia, la Navidad ha experimentado un proceso gradual de desplazamiento del significado original de Jesús y su nacimiento. Comenzó como un eclipse parcial, una transición lenta de Jesús a un papel secundario en la celebración, pero hoy en día ha llegado a ser un eclipse total. La Navidad ha sido secuestrada por el mundo secular y ha reducido a Jesús a simplemente un adorno más en el árbol navideño. Pero, ¿Cómo ocurrió este desplazamiento?
La navidad combinada
El primer empujón vino durante el imperio romano. Cuando se llevó a cabo un esfuerzo para cristianizar la celebración pagana de la Saturnalia, un festival que se realizaba en honor al dios Saturno en diciembre. Esta fiesta, que incluía sacrificios, procesiones, decoraciones y regalos entre amigos y familiares, fue adaptada para ser utilizada como una forma de suavizar la transición del paganismo al cristianismo. De esta manera, la Saturnalia se convirtió en un precursor de la celebración de la navidad como la conocemos hoy en día.
Culpa de los cristianos, el intentar convertir al mundo antiguo por substitución y no por conversión. Similar a la evangelización en México donde las iglesias eran construidas encima de las pirámides y los santos sustituían la multiplicidad de los dioses indígenas. La solución adoptada consistió en asimilar hábitos religiosos paganos con símbolos cristianos, y no en una renuncia al pasado para construir una vida cristiana auténtica desde cero.
La navidad desplazada
El segundo empujón vino con la figura de Santa Claus, es decir San Nicolás comercializado con poderes de super-hombre. San Nicolás era un Obispo de Turquía del siglo XVI conocido por su generosidad y compasión hacia los pobres, particularmente para con los niños a quienes les traía regalos durante la época navideña.
Su transformación se logró cuando su figura se fusionó en algunos países de Europa con la mitología nórdica del Dios Odin, al que se le atribuían poderes sobrenaturales y un conocimiento profundo de la sabiduría y la magia. Odin era conocido por ser un dios generoso que repartía regalos entre sus seguidores y también se le asociaba con el comercio y el intercambio de regalos. En otros países la fusión fue con “Jultomten” (literalmente “el duende de Navidad”), un espíritu de la Navidad que entrega regalos a los niños. ¡Pero todavía falta el cambio de escenario, de un pesebre a un árbol con adornitos!
Este fue incorporado en la Edad Media, en Alemania donde las casas eran decoradas con ramas de abeto. Esta costumbre arraigó de tal forma que fue adoptada por el mismo Martín Lutero, quien cautivado por la luz de las estrellas filtradas en las ramas, decoró su árbol con velas; costumbre que tuvo consecuencias imprevistas, pues al popularizarse en Europa, causó miles de casas destruídas por incendio.
La navidad reemplazada
El empujón final llegó en nuestra época post-moderna cuyo credo prohíbe imponer tradiciones, salvo por el secularismo. Ahora, hasta el mismo Santa Claus está siendo desplazado -después de todo detrás de Santa está San Nicolas que huele a cristianismo-.
En los últimos años, algunas empresas han cambiado su enfoque en la celebración de la Navidad. Google ha dejado de decorar su explorador con motivos navideños específicos, Starbucks ya no imprime sus vasos con decoraciones navideñas y se ha vuelto a un color rojo llano, y Target y Macys han evitado usar la frase “Feliz Navidad” en su publicidad y han optado por utilizar términos más genéricos como “felices fiestas” o “felices días festivos”.
De esta manera, gradual, pero seguramente se cumple el pensamiento del versículo mencionado, los hombres obstruyen con injusticia la verdad.
La navidad consagrada
La lección, es que tal como decía Salomón, no hay nada nuevo bajo el sol. Toda verdad, ceremonia, costumbre o acción cristiana, es desvirtuada por el mundo. Yo no creo en la evolución del mundo, pero si en su devolución, es decir, en la ley de que, en las manos del mundo, aún los más sagrado, con el tiempo termina siendo profanado.
Pero no todo es negativo, pues la luz brilla más cuando está en la oscuridad. Los cristianos ahora como nunca tienen la oportunidad de utilizar estas fechas para proclamar su verdadero origen, significado y relevancia; para predicar a los cuatro vientos, que el dios del materialismo aunque puede entretener, jamás podrá satisfacer al ser humano. Que por más espectacular que sean los festejos que el mundo monte en estas fechas, al final todos quedan vacíos porque dentro de su envoltura de no se encuentra nada. Pues la única solución para la insatisfacción del hombre se encuentra en aquel niño que es “…el camino, la verdad y la vida…”
Mi deseo es que en tu celebración Jesús no termine como un adorno de árbol, sino que sea el centro de mesa, el invitado de honor. Que tu Navidad no solo sea feliz, sino en especial, bendecida por Dios.
Gracias por este artículo, que no es revelador sino confirmatorio de la grave deshonra que se ha hecho de esta singular celebración originalmente Cristiana para rendir hoy en dia mas bien una celebración totalmente pagana y comercial que nada tiene que ver con el hecho que ocurrió hace 2022 años.
Que el Señor Jesucristo. los bendiga