La adoración es un acto peligroso. Muchos han perdido su vida en el mismo. Tres mil de los hijos de Israel fueron muertos por adorar “al Dios que los sacó de Egipto” a través del becerro de oro. Dos de los hijos de Aarón, sacerdotes autorizados, fueron fulminados por ofrecer fuego extraño. Uza, por tocar […]